Como hacer

jueves, 6 de septiembre de 2012

Aceite de argán

Propiedades del aceite de argán

Este aceite aplicado de forma externa esta especialmente recomendado en las siguientes situaciones:

  ·En casos de sequedad de la piel, descamación, grietas, manchas.
  ·En llagas, heridas leves.
  ·Tiene propiedades antiinflamatorias por lo que es recomendado 
   en casos de dolores articulares, artrosis, reuma, piernas cansadas 
   o hinchadas, postoperatorios.
  ·En erupciones, picores, hongos.
  ·En casos de pelo debilitado, frágil, quebradizo, puntas abiertas. 
  ·En casos de estrías, nos conviene recordar que los productos 
   naturales son más eficaces a nivel preventivo, aunque en este  
   caso el aceite de argán es efectivo como tratamiento, puede ser 
   usado por la mujer durante el embarazo.
  ·Es fotoprotector, por su contenido en carotenoides y ácido 
   ferúlico, también es recomendable su uso después de exponerse al 
   sol, ya que por su composición tiene propiedades hidrófilas, 
   humectantes y antioxidantes. Cura abrasiones, quemaduras 
   solares, rozaduras.
  ·Previene y corrige el envejecimiento cutáneo disminuyendo las         
   arrugas.
  ·Es usado en casos de uñas quebradizas.

El aceite de argán, es una de las piedras angulares de la cultura bereber, lo utilizan desde hace siglos para sus necesidades alimentarias y para cuidar su piel y cabello.

Este aceite se extrae del fruto de la Argania Spinosa. Este árbol es y ha sido durante siglos, la base de la economía rural. Sus hojas y la pulpa de sus frutos son utilizados como alimento para cabras y camellos, la madera es utilizad para hacer fuego y para la fabricación de diversos utensilios para el hogar, y su fruto para la obtención del aceite que tiene un alto valor nutricional y hoy en día es una entrada de ingresos económicos para la gente de la zona.





Este árbol, que puede vivir entre 150 y 200 años, también cumple una importante misión medioambiental, con gran efecto en las zonas que bordean el desierto. En estas zonas la Argania Spinosa actúa como una eficaz herramienta natural contra la desertificación debido a su gran capacidad de adaptación a la sequía y su sistema radicular, que puede alcanzar una profundidad de treinta metros, absorbiendo el agua de tal profundidad y elevándola, con lo que se benefician las plantas que crecen debajo y al lado del árbol.

Todos estos beneficios no impidieron que los bosques de Argane hayan menguado en un cincuenta por ciento en los últimos cien años. En 1998, para evitar este deterioro progresivo, la UNESCO declaró la  Reserva de la Biosfera Arganeraie que cuenta con 2.568.780 hectáreas al suroeste de Marruecos en las que crece el argán.




   La extracción del fruto del argán es muy laboriosa y siempre ha estado en manos de las mujeres bereberes. Una vez extraído el hueso de su parte carnosa, las mujeres lo rompen a mano sobre una piedra plana, Lo hacen de cinco golpes con una piedra y un hábil giro de muñeca difícil de imitar. Dentro de este hueso se encuentran un máximo de tres semillas, cuyo contenido en aceite no suele ser inferior al 66%, de las cuales, una vez prensadas, se extrae tan preciado oleo Hacen falta 35 kg. de nueces y unas 20 horas de trabajo artesanal para extraer un solo litro de aceite.




Hay dos tipos de aceite de argán, la diferencia estriba en si las semillas son tostadas o no antes de prensado. El aceite de semillas tostadas o bereber es el más usado en recetas culinarias y el aceite de semillas sin tostar es el que suelen usar en cosmética. En este punto abogo por el saber ancestral y uso el aceite bereber tanto a nivel culinario como cosmético, como tradicionalmente ha hecho el pueblo bereber durante siglos.

El aceite de argán esta compuesto en un 99% de ácidos grasos, de la cuales  un 80%  son ácidos grasos insaturados, siendo en un 45% ácido oleico, ácido graso mono-insaturado y un 35% de ácido linoleico, ácido graso poli-insaturado que a su vez es un ácido graso esencial para el ser humano, lo cual quiere decir que el organismo no puede sintetizarlo y tiene que ser ingerido en la dieta. Es rico en tocoferoles, 62 mg./100gr., siendo estos del tipo Alfa y Gamma, esenciales para la actividad biológica celular, junto con los ácidos grasos saturados que aportan vigor y fuerza. El contenido en polifenoles es de 3263 mg/kg. de aceite.; 300mg./100 gr. de carotenos y 295mg. en 100 gr. de producto de esteroles, entre ellos schottenol y spinasterol. 150mg./100 gr. de alcoholes terpénicos. Y es hasta tres veces mas rico en vitamina E que el aceite de oliva, siendo en el aceite de argán el contenido en pro-vitamina E 900mg./100gr.

Las propiedades del aceite de argán son excelentes para cuidar todo tu cuerpo. Sestáis interesadas/os en cuidar vuestro aspecto y deseáis darle salud a la piel, cabello y uñas, las propiedades del aceite de argán os ayudarán a regenerar los tejidos de la piel, uñas y cabello, al utilizarlo reduciremos las líneas de expresión, arrugas, cicatrices, estrías, flacidez, y obtendremos una mayor elasticidad, hidratación y firmeza de la `piel, en el cabello notaremos una mayor hidratación, suavidad y brillo, menos puntas abiertas, menor caída del cabello, en definitiva, fuerza y vigor para nuestro cabello; en la uñas obtendremos mayor dureza y brillo, menor fragilidad y color amarillento. Eso se debe a su contenido en lupeol, que favorece la generación de queratinocitos, células que producen la queratina, principal componente de  epidermis, uñas y cabello.






Además hay otras propiedades del aceite de argán que son consideradas terapéuticas, es un eficaz antiinflamatorio, gracias al 
ácido ferúlico presente en su composición, siendo habitual su uso sobre las articulaciones inflamadas causadas por la artritis, al bajar la inflamación también baja el dolor de la articulación, algunos deportistas después de un arduo día de entrenamiento les dan un relajante masaje con aceite de argán, el cual disminuye la inflamación de los músculos, ayudando a relajarse y disminuir el dolor causado por un entrenamiento exhaustivo, evitando la inflamación tras masajes desconstracturantes.

El aceite de argán también contiene cicatrizantes, fungicidas y antisépticos que ayudan a curar heridas leves y combaten y previenen dermatitis incluyendo el pie de atleta, así mismo elimina el mal olor de los pies dejándolos suaves e hidratados, evitando las grietas en los talones.

El aceite de argán contrariamente al aceite de rosa mosqueta, por ejemplo, no es comedogénico, es decir que no obstruye los poros. Resulta recomendable por lo tanto incluso para las personas que tienen piel grasa y/o acné al ser un excelente seboregulador, con resultados muy favorables en la recuperación de marcas o cicatrices residuales de dicha patología, aunque en un primer tiempo y por pura lógica, uno se muestre reacio o dude de la conveniencia de aplicar un aceite en una piel de por sí grasa.

Es por ello que las propiedades del aceite de argán lo hacen tan demandado que la industria de la cosmética ha empezado a sacar líneas de cosméticos y productos de cuidado corporal con aceite de argán (aunque en la mayoría de las veces su porcentaje sea casi irrisorio), sin embargo puedes aprovechar todas las bondades de este aceite y utilizarlo solo o con tus productos favoritos al aplicarlo completamente puro.



martes, 24 de julio de 2012

Jabón de arcilla verde

Como hacer jabón de arcilla verde o bentonita.


Como ya comentamos el jabón es un producto al que podemos añadir casi de todo para mejorar sus propiedades y que no sea solo un agente limpiador, en este caso vamos a crear un jabón con propiedades geoterapeuticas.

Las arcillas y barros han sido usados durante milenios para curar y prevenir todo tipo de enfermedades, heridas, afecciones de la piel y procesos inflamatorios.

La geoterapia tiene una de sus bases en la similitud química del barro con los seres humanos, es decir tanto el barro, como nosotros estamos formados de carbono, oxígeno, nitrógeno y en menor proporción otros minerales y oligoelementos.



Muchos naturalistas han documentado como los animales usan de manera instintiva los barros y lodos como limpiador, como terapéutico, para librarse de los parásitos , para cuidar la piel o el plumaje y para curar y aliviar heridas y traumatismos.
La arcilla verde que es la que vamos a usar en este jabón es muy rica en magnesio, contiene además silicio, potasio, cal, fosfatos entre otros elementos. Es desintoxicante, remineralizante y absorbente. 

Una vez conocidas algunas de las propiedades de la tierra, pasamos a conocer la receta de este nuevo jabón.

Ingredientes:
para un kilogramo de jabón.
253 gr. de aceite de oliva virgen.
127 gr. de aceite de palma.
127 gr. de aceite de coco.
  63 gr. de aceite de ricino (también conocido como castor oil).
  34 gr. de manteca de mango.
  38 gr. de aceite de almendras dulces.
  20 gr. de arcilla verde o bentonita.
245 gr. de agua destilada.
  86 gr. de NaOH (sosa), con una pureza mínima del 99%.

Este jabón lo vamos a crear con un sobreengrasado del 8%.¿Que quiere decir esto?, muy sencillo, un ocho por ciento de los aceites no se van a saponificar, se van a incorporar como aceites y no van a sufrir ninguna transmutación. Esto se consigue reduciendo la cantidad de sosa en un 8%, en nuestra formula si no hiciésemos sobreengrasado tendríamos que usar 93 gr. de sosa. 



El primer paso será poner la arcilla a irradiar, es decir la pondremos al sol entre seis y ocho horas, para que se recargue de energía solar. Aunque este paso no es imprescindible, si es altamente recomendable. La arcilla no se debe manipular con ningún objeto metálico, siendo lo más recomendable utensilios de madera o en su defecto silicona.


Prepararemos la "lejiaza" mezclando la sosa con el agua, como hicimos en el jabón de aceite reciclado, tengamos siempre presente que produce una reacción exotérmica y que los vapores son tóxicos, ventilemos bien. No nos olvidemos de los guantes, ni de las gafas de protección en prevención de alguna salpicadura.


Cuando tengamos la "lejiaza" a menos e cuarenta grados y la arcilla irradiada comenzaremos con la alquimia del jabón.






Prepararemos todo el material que vamos a usar, incluidos los moldes y pondremos las mantecas y los aceites duros a fundir, siempre al baño maría, en algún sitio os podrán decir que se pueden fundir en el microondas, de hecho se puede, pero estamos creando un producto artesanal, natural y beneficioso, lo cual conlleva no usar las ondas dañinas del microondas.






El aceite de palma, como se puede apreciar en la fotografía, nos dará un bonito color naranja, que será lo que nos ayude a dar un toque de color sin ningún tipo de colorante.


En esta mezcla no añadiremos aún los 34gr. de manteca de mango, ni los 38gr. de aceite de almendras dulces, ya que estos aceites que serán el sobreengrasado los añadiremos cuando ya este hecha la traza.







Añadiremos poco a poco la "lejiaza", removiendo constantemente con una cuchara de madera. Y comienza la saponificación, una vez vertida toda la mezcla de agua y sosa ya podemos usar las varillas para batir. Este jabón alcanza muy pronto la traza, tened cuidado si es de vuestros primeros jabones a la hora de usar la batidora, y siempre con las varillas.




Una vez alcanzada la traza, añadiremos los aceites que previamente habíamos reservado y derretido al baño maría, en el caso de la manteca de mango. Se perderá la traza, con lo que volveremos a batir hasta volver a alcanzarla, proceso que no tardará mucho en realizarse. Cuando hallamos conseguido una textura como de natilla un poco clara, podremos añadir la arcilla o, como en este caso, podemos separar la mitad para que conserve intacto el color naranja y a la otra mitad le podemos añadir la arcilla que así obtendrá un bonito color verde.






La mitad de la mezcla que no lleva arcilla ya la podemos verter en el molde.







A la otra mitad le añadimos la arcilla sin parar de batir para que no se formen grumos. Aunque en las fotos la arcilla se ve de un color grisáceo, al contacto con la humedad se tornara de color verde. Una vez bien homogeneizada la mezcla, ya la podremos verter en el molde. Si echamos primero la mezcla con la arcilla, nos quedará un jabón de dos colores delimitados por una linea más o menos recta. Al hacerlo de la forma que os indico, la parte que tiene arcilla, al tener más peso ira haciendo diversos dibujos, como podremos ver al desmoldar a las 36/48 horas. Recordad siempre que tenemos que cubrir el molde con plástico, como el usado para los alimentos. 






Una vez desmoldado, lo cortaremos y lo pondremos a curar por un espacio mínimo de cinco semanas. Paciencia amigos.



domingo, 8 de julio de 2012

Historia del jabón. 2ª parte.



El tratamiento de grasa con álcali se ha practicado en el Oriente Medio por lo menos durante 5000 años. Los antiguos israelíes detallado leyes para la práctica de la higiene personal. Las cuentas bíblicas dan a entender que sabían que las cenizas y el aceite al mezclarse daban un producto para la limpieza.




Existe un papiro egipcio, el papiro Ebers, fechado hacia el 1550 a.c , considerado por los estudioso actuales como un auténtico tratado médico en el que se hace referencia a sustancias jabonosas tanto para el lavado de las prendas textiles como medio curativo para diversas enfermedades. Es mi modesta opinión que acrecentarían este poder curativo, con diversas hierbas y barros.




En el siglo III a.C se fabricaba en Arabia jabón mediante la cocción de una mezcla hecha de cenizas, aceite de limón. Los farmacéuticos de oriente medio, en ciudades como Basora, añadían perfumes dulzones a los jabones en el siglo VIII de nuestra era.







Aunque los estudiosos no se ponen de acuerdo, es bastante extendida la opinión de que la reintroducción del jabón la realizaron los cruzados, desde Alepo a Europa central, en el siglo XI. Aunque debemos tener en cuenta que los fenicios tuvieron tratos comerciales con Europa antes de los tiempos de los romanos, por lo que probablemente este tipo de jabón habría llegado mucho antes a ciudades costeras como Nápoles, Marsella, Cartagena o Cadiz.
Hay quien asegura que entre los siglos VI y VIII, fue floreciente el arte de hacer jabón en Nápoles y se extendió a toda Italia y España. Sería a partir del siglo XIII que el jabón se exportaría a toda Europa.
Lo cierto es que en la baja edad media no era muy utilizado el jabón y debido a la falta de higiene se originaron grandes epidemias que diezmaron a la población, como la peste negra del siglo XIV.
La primera gran jabonería europea la construyeron los árabes en Sevilla a finales del siglo X. Aprovechando que el valle del Guadalquivir les proveía de la materia prima esencial para fabricar un jabón que cuatro siglos más tarde se le conocería como jabón de castilla.

Almonas de Triana,
sólo recuerdo,
caminos en el agua
de aceite y sueño.
Por mis canciones
aún resbala la espuma
de sus jabones.

.


Tras la reconquista las almonas árabes pasaron a manos de la realeza, de ahí su nombre Almonas Reales; esta a su vez  cedió por privilegio real el monopolio del jabón y las almonas de Triana y Santiponce a la familia Enríquez de Ribera, marqueses de Tarifa, o a los Ponce de León, que en el siglo XVI ostentaban el monopolio del jabón y lo ampliaron hasta américa después del descubrimiento, en gran medida  debido a la unión comercial con las familias de mercaderes genoveses Sopranis que lo fabricaban y los Riverol que bajo los nombres de sapo hispaniensis o sapo castellanensis,  los exportaban a Flandes, Inglaterra, Alemania, etc. a través de Amberes donde tenían su centro distribuidor. Con posterioridad se unieron al negocio del jabón financieros alemanes como los Welser, Gessler, Sailer o Ehniger, o judío conversos como los Espinosa, ensanchándose los mercados exportadores al destinarse buena parte de la producción al mercado colonial americano. Se fabricaban, básicamente, dos tipos de jabón, el prieto o ralo y el jabón blanco. En el siglo XVI las almonas reales de Sevilla consumían más de 50.000 arrobas de aceite, produciendo unas 15.000 arrobas de jabón; hacia 1543 contaban con trece calderas y la mano de obra era esclava. Como estos jabones provenian de grasas vegetales, la gente comenzó a usarlos más y decreció el número de pandemias en europa.









Las famosas fábricas de Marsella se establecieron en el siglo XIV . Este jabón se fabricaba a base de aceite de oliva, agua y potasa cáustica proveniente de las cenizas del laurel, una receta muy similar a la que se fabrica en la ciudad siria  de Alepo desde hace más de 2000 años.


En 1575 se construyo una almona en la Ciudad de México. Los jabones mexicanos se hacían con grasas animales, agua y tequesquite, pese a la censura que los españoles y la iglesia católica impusieron a esta tradición, los antiguos mexicanos preferían el uso de temascal, un baño de vapor     que realizaban en un recinto cerrado en el que introducían piedras al rojo vivo sobre las que vertían una infusión de hierbas salutíferas para producir el vapor, que controlaban y dirigían con un ramo de hierbas frescas. Los antiguos mexicanos también usaban para su higiene plantas saponinas como la saponaria y los agaves. 


Temascal.

Nicolas Leblanc, químico francés, en el 1791 descubre un proceso por  el cual obtiene carbonato de sodio a partir de sal marina, lo que simplificó y abarato el proceso de obtención de la sosa. Dicho descubrimiento le reporto el premio de la Academia francesa de las ciencias. El también químico francés Michel Eugène Chevereul dio a conocer en el año 1823 en su publicación  "Recherches sur les corps gras d'origine animale"  la composición de las grasas    
formadas por una combinación de un polialcohol, el glicerol y ácidos grasos como el ácido oleico, margárico o esteárico. Con ello consigue explicar científica y químicamente el descubrimiento que los sumerios habían realizado 3000 años antes.




En el siglo XIX, a causa de la colonización, el jabón comenzó ha fabricarse a base de aceite de cupra y/o de palma. 
En la actualidad y desde los años treinta el jabón tradicional tiene que competir con los tensioactivos sintéticos o surfactantes que se utilizan hoy en día en detergentes, productos de limpieza, jabones, geles y champú.




Por suerte una cantidad creciente de personas están volviendo a lo natural, al producto bien hecho, y cada vez somos más los que realizamos y consumimos productos artesanales como garantía de producto respetuoso con el ser humano y el medio ambiente. Y gracias a muchos blogs el hazlo tu mismo es algo accesible a todos.









domingo, 3 de junio de 2012

Historia del jabón. 1ª parte

Como ya avanzamos en la primera entrada, vamos a hacer jabón, conoceremos sus ingredientes,  sus formulaciones y la extensa variedad de productos que podemos añadir al jabón, leche, aceites esenciales, cereales, flores, cacao, sal y un larguísimo etc...


El jabón es un agente limpiador que se crea utilizando grasas vegetales y/o animales y aceites vegetales, en nuestro caso no usaremos grasas animales. Químicamente, es la sal de sodio o de potasio de un ácido graso que se forma por la reacción de grasas y aceites con álcali.
Dicho esto, hagamos un poco de historia y descubramos como ha ido evolucionando este producto a través de los milenios.


A día de hoy nadie podría datar con certeza cuando se fabricó el primer jabón; pero como siempre, los romanos del imperio antiguo intentaron apropiarse de la autoria del invento. Cuenta una leyenda romana, que el jabón, proveniente del latín sapo; fue descubierto por casualidad por las esclavas que al ir a lavar a orillas del Tiber, al pie del monte Sapo, notaron que en esas aguas la ropa y ellas mismas quedaban más limpias. A las faldas del monte Sapo los romanos solían hacer sus sacrificios animales, a los dioses, que después incineraban. Estos restos grasos con ceniza, hierbas y barros eran arrastrados por las lluvias hacia el río Tiber, donde las esclavas solían lavar, descubriendo así el jabón.




Digamos que esta leyenda es bastante improbable, ya que no existe constancia de ningún monte Sapo cerca de Roma , ni en Italia. Los únicos montes con este nombre están en Bolivia, y en Panamá conocidos en ambos casos como Cerro Sapo. Ademas, los romanos consumían la carne y la grasa de los animales sacrificados, quemando únicamente los huesos y la piel.  Plinio, naturalista e historiador romano (siglo I d.c), atribuye su invención a los galos. 

"prodest est sapo, Galliarum hoc inventum rutilandis capillis. fit ex sebo et cinere, optimus fagino et caprino, duobus modis, spissus at liquidus, uterque apud Germanos maiori in uso viris quan feminis." (Plinius. 28, 191).


"es útil también el jabón, invento este de las Galias para abrillantar los cabellos, se hace de sebo y ceniza, siendo el mejor el de ceniza de haya y grasa de cabra, en dos variantes, espeso y líquido, uno y otro entre los Germanos en mayor uso para los hombres que para las mujeres."




Pero basándonos en documentos fehacientes y no en leyendas descubrimos que la primera documentación escrita de la fabricación del jabón la podemos encontrar en unas tablillas de Mesopotamia, fechadas en el tercer milenio antes de Cristo, donde describen como realizar jabón con una mezcla de potasa y aceite; entre dichas tablillas también existe una receta de jabón medicinal.




Los primeros indicios de jabón se han encontrado en restos cerámicos de la ciudad de Babilonia y han sido datados hacia el 2800 a.c.. Las inscripciones en los cilindros describen la mezcal de grasas hervidas con cenizas. Aunque este es un metodo tradicional a la hora de fabricar jabón, en dichas inscripciones no hay mención del uso o propósito de la mezcla.

En el 600 a.c los fenicios utilizaban el jabón para limpiar las piezas textiles de algodon o de lana, así como para la preparación para su posterior tejido. Este jabón lo fabricaban con aceite de oliva y carbonato de sodio obtenido  a partir de la combustión de plantas halófitas,  que habitan en las salinas. En Alepo, antiguo territorio fenicio, a este jabon de aceite de oliva se le añadía aceite de laurel, receta tradicional que se continua fabricando. Los egipcios se frotaban con una mezcla de un carbonato de sodio muy hidratado que en el antiguo Egipto recibía el nombre de NTR (divino, puro, que derivo en sal divina), y en la actualidad natrum o natrón (en España también es conocido como tierra jabonosa o tierra de Segovia), como sosa; una arcilla de aspecto terroso, blando, de grano fino y poco plástica, que tiene la característica de absorber las materias grasas, conocida como tierra de batán y altramuces remojados en agua de lluvia. 





























domingo, 27 de mayo de 2012

Jabón de aceite reciclado.

Vivimos tiempos convulsos, extraños, donde los problemas económicos nos acechan, donde pagamos carísimos unos productos que no son lo que dicen ser y ¿a quien no le viene bien ahorrar algo de dinero?, por eso el primer jabón lo haremos de aceite reciclado, es igual de girasol o de oliva, veremos las dos recetas.


Reciclar es bueno para todos, pero reutilizar es bueno para el medio ambiente y nuestro bolsillo también sale beneficiado. Todos desechamos  el aceite después de varios usos, con un poco de suerte es reciclado, pero en la mayoría de los casos termina vertido por el fregadero, acabemos con eso, saquemos más partido a lo que compramos y pasemos un rato entretenido y útil.


Guardaremos el aceite que ya desechamos, preferiblemente en botella de cristal y ya filtrado, procurando separar en distintas botellas los distintos aceites (girasol, oliva) ya que cada uno tiene un punto distinto de saponificación. Cuando tengamos la cantidad deseada comenzaremos con nuestra creación. Os doy la receta para un kilogramo de aceite, ya que desde esta formula es más sencillo acoplarse a la cantidad que nosotros deseemos hacer.






Ingredientes para hacer jabón de aceite de girasol reciclado.


  1000 gr. aceite de girasol reciclado.
    263 gr. de agua, preferiblemente destilada.
    142 gr. NaOH (sosa cáustica, mínimo 99% de pureza).


Ingredientes para hacer jabón de aceite de oliva reciclado.


   1000 gr. aceite de oliva reciclado.
     284 gr. de agua, preferiblemente destilada.
     153 gr. NaOH (sosa cáustica, mínimo 99% de pureza).


Ante todo, antes de ponernos manos a la obra, debemos ser precavidos y observar unas mínimas normas de seguridad. Usamos un producto corrosivo, el hidróxido de sodio (NaOH), a partir de ahora le denominaremos sosa, es irritante y corrosivo de los tejidos, es por ello que usaremos guantes de neopreno, nitrilo o vinilo y en precaución a salpicaduras es conveniente usar gafas de protección y no usar lentes de contacto, es aconsejable el uso de bata. Los vapores que emite la mezcla de agua/sosa son tóxicos e irritantes, es obligatorio por nuestra salud realizar todo el procedimiento de la creación de jabón en una estancia bien ventilada. Tengamos mucha precaución con los niños.




Una vez pesados los ingredientes, en primer lugar añadiremos la sosa al agua, ello producirá una reacción exotérmica, es decir, desprenderá calor. Con cuidado, removeremos la mezcla y veremos como se torna de un color blanquecino, es el momento de dejarla reposar hasta que se vuelva otra vez transparente y su temperatura no supere los 40º C.  No olvidemos que los vapores son tóxicos.








Mientras esperamos a que la "lejiaza", nombre que entre los aficionados a la creación de jabones se le da a la mezcla de sosa y agua, este a punto para su uso, aprovechare para explicar que este jabón lo vamos a hacer por el procedimiento "en frío", no necesitaremos ningún aporte de calor. También decir, a modo de comentario, ya que más adelante nos sumergiremos profundamente en estos conceptos, que vamos a usar un sobreengrasado negativo del -5%, es decir, usamos un 5% más de sosa de la que necesita para su saponificación y una concentración de la formula del 35%. No nos asustemos con estos términos que en poco tiempo manejaremos con soltura y comprenderemos a la perfección.






Preparamos los moldes donde verteremos el jabón, nos vale cualquiera, siempre que los forremos con papel de horno y si son de silicona no hace falta forrarlos, podemos usar envases de yogur, eso sí, si el recipiente es demasiado duro y no lo hemos forrado, probablemente tengamos que romperlo para sacar el jabón. La práctica con diversos envases nos dirá cuales son los más aptos.




Una vez la "lejiaza" se torna transparente y su temperatura no supera los 40º C. procederemos a añadirla al aceite, poco a poco y removiendo con una cuchara de madera.




La mezcla cambiará de color, comienza la saponificación, y ya podemos batir la mezcla con varillas manuales, cuando nos cansemos podemos usar las varillas en la batidora, siempre meteremos las varillas en la mezcla y accionaremos la batidora para evitar salpicaduras. Debemos batir hasta el punto de traza, en el caso de estos dos aceites, la traza es muy lenta en llegar, pasaremos una hora batiendo, dos horas y puede que hasta tres horas, no desesperemos y sigamos batiendo.






Para los impacientes, podemos usar el brazo mezclador de la batidora, con lo que adelantaremos mucho la traza.


Sabremos que la mezcla esta lista cuando esta comienza a coger una consistencia algo solida, como de natilla espesa. Si al pasar la cuchara esta va dejando un surco o "traza".




Ya es el momento de verter la mezcla a los moldes y esperaremos entre 36 y 48 horas para desmoldar y cortar si es el caso, aunque el producto esta saponificado, su ph aún es muy elevado por lo que es conveniente manejar con precaución los jabones y lavarse muy bien las manos después de su manipulación. Una vez hecho esto comienza el gran reto, debemos esperar entre cuatro y cinco semanas a que el jabón este curado. Para ello lo colocaremos sobre una rejilla en una habitación bien ventilada y esperaremos hasta que el jabón no tenga un ph superior a 8. Si no tenemos tiras medidoras lo comprobaremos con la lengua, si al chupar el jabón, este no pica ya esta en su punto; eso si, el jabón siempre es jabón y no tiene un gusto agradable.









sábado, 19 de mayo de 2012

Propósito

de na Gaia

Nace esta página con el propósito de acercarnos un poco a nuestra madre tierra, a conocerla para así poder disfrutar de los prolíficos regalos con los que nos mima y cuida.






Redescubriremos el saber ancestral de nuestras abuelas,  ya más bien bisabuelas, y haremos jabón, muchos jabones, para mimar nuestra piel, para limpiarla, para sanarla, para divertirnos. Descubriremos las propiedades de los aceites, de las mantecas vegetales. Daremos un largo paseo por los campos y por la botánica, aliviando cuerpo y espíritu, nos comunicaremos con Gaia y ella nos dará los elementos necesarios para nuestro correcto desarrollo y cuidado. Juntaremos magia y ciencia, veremos que en muchos casos no están tan alejadas, seremos unos pequeños alquimistas.






Evidenciaremos en nosotros mismos como una actitud relajada, optimista, de amor, nos ayudará ha realizar con éxito nuestras propuestas de bienestar, logrando que los productos obtenidos despierten en el ser esas energías con que se realizó.


En esta sociedad tan rápida, tan tecnológica hemos dejado atrás "el saber hacer" de antaño, hemos ido a una producción masiva y rápida, una producción estresada.  Una producción que solo basa su saber en tecnología olvidando la sabiduría. Probablemente si este blog lo lee un científico podrá expresar un cierto desacuerdo, es más, supongo que se aventuraría a decir que un jabón hecho en una fábrica es el mismo producto, si se usan los mismos ingredientes, que el que puede hacer un artesano. Difiero de esta apreciación, probablemente un jabón fabricado en producción masiva, es un jabón maltratado, realizado por personas estresadas. Me explicaré, el jabón se realiza con, entre otros productos, aceites, mantecas; ambos productos están vivos y, ustedes imagínense, que le puede aportar a un producto vivo una fábrica, donde una vez que lo vuelcan a los depósitos desde unas frías cisternas de acero, comienza una frenética carrera entre tuberías de acero, distintas presiones, distintos aditivos, cintas transportadoras y en un corto espacio de tiempo esa sustancia viva ha sido transformada en eso que la industria llama jabón. También en estas páginas descubriremos que se esconde tras ciertos nombres que usa la industria moderna.


Todo lo vivo en la naturaleza esta formado por agua, en mayor o menor proporción, y aquí es donde podemos apreciar el trabajo realizado por Masuru Emoto.  


cristal amor/gratitud
El punto esencial de las teorías de Masuru Emoto consiste en que "El pensamiento humano, las palabras, la música, las etiquetas en los envases, influyen sobre el agua y ésta cambia según se le trate con amor, armonía, felicidad, creando cristales bellos; o si los mensajes son negativos, creando cristales amorfos. Si el agua lo hace, nosotros que somos entre un 70 y un 80% agua deberíamos comportarnos igual." De hecho lo hacemos, ante una sonrisa, nuestro cuerpo se relaja, entra en un estado de aceptación, mientras que ante una mirada hostil, ante un insulto, nuestras energías se desalinean. Debería Vd. aplicar esta teoría a su vida, para mejorarla. La prueba que aporta el señor Emoto para demostrarnos esta realidad, es la superior belleza de los cristales de hielo extraídos de agua "tratada" frente a la poca belleza de los cristales de hielo en agua no tratada o tratada con palabras despectivas, o que denotan negativismo. Con esta teoría, aceptamos que mentalmente o por medio de la palabra se puede influir en las propiedades y en la estructura de una sustancia, como el agua y dicha influencia pasaría del elemento tratado a nuestro cuerpo al ingerir dicha agua. Los conceptos aplicados al agua se podrían aplicar a cualquier materia orgánica, e inorgánica; usaremos los mismos conceptos cuando nos adentremos en gemoterapia o fangoterapia.


Sakura (flor de cerezo japones)




Más no nos hacen falta pruebas objetivas,  como las que aporta el 
señor Emoto para descubrir el efecto transformador que nuestra proyección produce tanto en el exterior, como en nuestro interior.


Por lo general, después de un viaje a algún paraje tranquilo, al regresar a la ciudad, en sus alrededores, antes de ver a nadie, antes de formar parte de la masa, una sensación nos invade, lo puedes notar, una aceleración súbita, una mezcla de sentimientos, son las energías acumuladas en la ciudad, en los pueblos ciudad, que se propagan y contaminan su área de influencia. 


Sin embargo, cuando paseamos por un paraje no muy transitado, cuando vamos a un pueblo, pueblo (en contraposición al pueblo ciudad); nuestro estado cambia, desaparece el estrés, nos vamos llenando de paz, de quietud. Una sensación de sosiego nos invade, hasta el respirar se convierte en un acto consciente y placentero. Son las energías invisibles que nos alinean y que nosotros podemos transformar y crear, en nuestro interior y en nuestro exterior.


Es por ello, que cuando creemos nuestros productos, o cuando nos los apliquemos, o los apliquemos; debemos respirar profundamente y conscientemente sosegaremos el cuerpo y el espíritu. Un paseo por espacios verdes, donde poder ver naturaleza, sentir la tierra, tocar, abrazar los arboles; una buena ducha, caminar descalzos, desnudos, nos puede preparar armónicamente para comenzar a crear nuestro jabón, o aceite de masaje, crema, etc... Estos mismos consejos son útiles a la hora de recibir los beneficios de los productos que hayamos creado.